03 abril 2006

Tiempos mejores



Hay verdades absolutas que son absolutas mentiras. Quien critica al Estado de Israel no es siempre un antisemita redomado, y quien lo defiende tampoco es por narices un sionista irreversible. Todo paisaje pintado regala matices diferentes y hasta contradictorios si se observa de cerca o de lejos, y toda realidad sufre la misma enfermedad camaleónica.

Se edita por vez primera en España Reflexiones sobre la cuestión judía, de Jean Paul Sartre, y se agradece volver a leer el pensamiento de una izquierda menos cerril que la actual con respecto al fenómeno hebreo. Cierto es que desde 1944, que es cuando lo escribió el francés, ha llovido mucho y mal en aquella esquina del Mediterráneo. Tan cierto como que es muy difícil hallar críticos tan lúcidos del aún vigente antisemitismo en la progresía del siglo XXI.